viernes, 11 de marzo de 2011

Mudanza


Se fue el Carnaval, con sus toneladas de basura, el bailongo jocoso, los orines en las terrazas de las famosas mansiones de la Casta Divina, la muchachada escandalosa, las y los edecanes exuberantes de precarias vestimentas, los performances de los imperti-necios etílicos, los malhumores de quienes se apoderaban de las gradas desde las 8 de la madrugada, ah, y también el suspirado clima familiar.

Ahora, todo parece indicar que se realizará una consulta ciudadana, en donde mínimo el 10% de los meridanos podrán decidir si se cambiará o no el derrotero para el próximo año de estas fiestas al Dios Momo. Esta pudo haber sido la última vez que se celebró en Paseo Montejo.

Si así sucede, las estatuas de Los Montejo (más bien sus pudientes defensores) se alborozarán con la salida de los mortales de su boulevard, “que una vez al año, ultrajan su hermosa imagen embriagados del pecado…”. Y las efigies, ahí detenidas en lo alto, continuarán recordándonos episodios ignominiosos de nuestro pasado meridano.

Se dice, que esta festividad podría trasladarse hasta Xmatkuil, como para que “los unos no se junten con los otros”… todo de lejitos ¿o me equivoco?. Al final de cuentas, muchos empresarios y “gentes de bien” son “torturados” con los espectáculos carnavalescos, ya que “tienen que cerrar sus negocios durante esos días”.

Otros, se complacieron de la propuesta de que se cambie a la Avenida 128, pues la fiesta podría prolongarse (después de ver desfilar las comparsas, disfrutar los conciertos e ingerir frías cebadas fermentadas) hacía ciertos centros recreativos nocturnos, instalados al poniente de la ciudad. ¿Interesante no?.



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