martes, 15 de febrero de 2011

La abeja reina y el Panal



El espíritu social con el que fueron creados los sindicatos en nuestro país, se desahucia ante la impunidad, las violaciones y los crímenes perpetuados por los “líderes charros”, que durante años han protagonizado lamentables episodios propios de sus eternas ansias de poder.

Sin desmeritar los triunfos laborales obtenidos y necesarios para garantizar el bienestar económico y social de los sindicalizados, no podemos “hacernos de la vista gorda” cuando ciertos personajes se han valido de su dirigencia para cometer toda clase de atropellos en beneplácito de sus bolsillos, y para mantenerse en esa tan anhelada elite política.

Un claro ejemplo de la desvergüenza sindical, es el caso de la “maestra” Elba Esther Gordillo Morales, dirigente nacional de uno de los sindicatos más grandes y poderosos del país: la de los Trabajadores de la Educación (SNTE). Desde su cargo como Presidenta Vitalicia, se ha encargado de eliminar sus límites de poder, figurando –negativamente- como una de las mujeres más influyentes en la política mexicana.

Señalada como “intocable”, Gordillo aprovecha las condiciones de impunidad que aún perduran en nuestros días para favorecerse económica y políticamente, despilfarrando recursos (como el sonado caso de la “rifa” de Hummers), practicando el nepotismo en importantes puestos federales y sindicales, pactando “huesos” en los altos mandos públicos que pudieran beneficiarle personalmente, ejecutando fuertes tranzas dentro de la partida presupuestal de la educación, y moviendo la maquinaria política en procesos electorales, entre otras extravagantes mañas.

El poder de este personaje traspasa las demarcaciones de la arbitrariedad, tan es así, que incluso ha hecho temblar a los propios dirigentes políticos nacionales. Después de su controvertida salida del PRI y de ser señalada como una de las orquestadoras del fraudulento triunfo electoral de Felipe Calderón en 2006, se han clarificado aún más sus intenciones de posicionamiento en el poder, luego del avance del Partido Nueva Alianza (PANAL), organismo que no puede negar su fuerte vínculo con ella.

Y es precisamente con el PANAL con quien Elba Esther Gordillo ha interpretado un insultante delito electoral en Baja California Sur, entidad en donde el próximo 6 de febrero se efectuarán elecciones de Gobernador, diputados locales y presidentes municipales. No podemos equivocarnos, la dirigente sindical es dueña de ese Partido y busca –no precisamente democráticamente- asentarse políticamente, sea como sea.

Aprovechándose de la infraestructura del magisterio y ante el consentimiento de los directivos y del aparato sindical, la abeja reina (Elba Esther) surtió a los niños y jóvenes estudiantes de propaganda política de su PANAL, precisamente dentro de las escuelas. Fueron miles de cuadernillos, loncheras y mochilas con la propaganda de ese Partido, repartidos a niños desde 3 años de edad hasta adolescentes de 15, en secundaria.

Violando la ley electoral y utilizando el espacio público de los centros educativos, el PANAL intenta utilizar a los escolares como vehículo para llevar el mensaje político de los candidatos, además de obtener los datos confidenciales de sus padres.

Según se informó en medios de comunicación nacionales, el PANAL imprimió diferentes tipos de cuadernillos -incluso hay uno que lleva por título Los derechos de los niños- para repartir a cerca de 30 mil infantes y adolescentes en mil 100 escuelas de enseñanza básica en Baja California Sur, donde el próximo 6 de febrero habrán comicios locales.

Según publicó La Jornada en un interesante reportaje: La propaganda, destinada a los niños más pequeños, es un cuaderno para colorear que consta de 29 páginas, en donde se introduce a Nueva Alianza como "un nuevo partido político y nuestro trabajo consiste en apoyar las aspiraciones y deseos de los jóvenes". Así, se invita a los niños a "que conozcan un poquito más de cómo vemos las cosas y qué es lo que proponemos". Pero desde las primeras páginas, el PANAL les hace una sola petición: "Queremos saber más de ti y de tu familia. Si tienes alguna duda o comentario, llena el cupón que se encuentra al final del libro y háznoslo llegar".


En efecto, al final de las ilustraciones viene un cupón donde se les solicita nombres, apellidos, calle, número exterior e interior, colonia, estado, delegación, lada, teléfono 1 y 2 y hasta e-mail, de ellos "o de alguno de tus papás". El instructivo les dice que después de llenar el cupón lo entreguen en las oficinas de "Nueva Alianza en tu estado".

Sin duda, dichos impresos tienen un formato que incluso pueden utilizarse en cualquier entidad del país y en cualquier proceso electoral, como sí se tratara de una herramienta que se está ensayado antes de los comicios presidenciales del 2012. De hecho, las denominaciones en los cuadernillos cambian de acuerdo con el distrito electoral en donde se ubica la escuela.

Por semanas, en las escuelas de Baja California Sur se podían observar a decenas de jóvenes acompañados de comisionados del sindicato repartiendo dichas propagandas, y hasta maestros y directivos las circulaban dentro de los salones de clase, convirtiéndose de esa manera en cómplices de la transgresión del charrismo.

Pero esta complicidad tiene mayor envergadura en las altas esferas de la Secretaría de Educación Pública, pues pecarían de ingenuos sino están enterados de las marañas que organizan el PANAL y el Sindicato Magisterial. Pues como dice el famoso refrán “tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata”, así que no se puede pensar que la dependencia “encargada de la educación” en México no sea implicada de este nuevo abuso, menos cuando el titular de la Subsecretaría de Educación Básica, Fernando González Sánchez, es nada más ni nada menos que el yerno de la señora Gordillo.

La impunidad en este lamentable caso va de la mano con un nuevo atentado a la educación en México, pues se evidencia una vez más que lo que menos les interesa a las autoridades y a algunos trabajadores del magisterio, es velar por una formación académica responsable para los niños y jóvenes; al contrario, le resulta de carácter urgente para Elba Esther y su aparato sindical, acaudalar mayor poder político y económico, y con su Nueva Alianza reviven viejas injurias.

Claro, como todo partido político de la democracia mexicana, el PANAL recibe presupuesto público, que seguro se invierte con los cerca de 120 millones de dólares anuales que recauda el SNTE que pagan los trabajadores de educación con su quincena, por el hecho de estar afiliados a él. Exuberantes negocios se acompañan –sin exagerar- de maquiavélicas estrategias, como las ya ejemplificadas en Baja California Sur, de cara a nuevas cruzadas electorales.

Y mientras se exige un alto a la impunidad, no se sabe si se castigarán estos delitos de carácter electoral y penal, cuyas sanciones van desde el retiro del registro al organismo político (en este caso, el PANAL) hasta la pena de uno a nueve años de prisión a los responsables. La ley es clara, "se impondrán de 200 a 400 días de multa, y prisión de uno a nueve años, al servidor público que destine de manera ilegal fondos, bienes o servicios que tenga a su disposición en virtud de su cargo, tales como vehículos, inmuebles y equipos, al apoyo de un partido político o de un candidato, sin perjuicio de las penas que puedan corresponder por el delito de peculado" o "proporcione apoyo o preste algún servicio a los partidos políticos o a sus candidatos, a través de sus subordinados, usando del tiempo correspondiente a sus labores de manera ilegal"…. Pero ¿en este México democrático se condena la ilegalidad?... Elba Esther Gordillo podría respondernos.

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